El proceso de formular una estrategiaque guíe el rumbo de nuestras organizaciones, culmina en un número limitado de iniciativas o de acciones estratégicasque señalen quién hace qué, cómo, cuándo y con qué. Estas acciones permiten que el pensamiento estratégico se traduzca en iniciativas a instrumentar y eventualmente en resultados que consoliden y desarrollen a la organización.
Algunas acciones están dirigidas a mejorar el modelo de operación y otras apuntan al crecimiento y desarrollo de la misma en otros ámbitos de su operación, pero todas las acciones tienen algo en común: son acciones de cambio, ya sea un cambio gradual o un cambio más radical, más innovador.
Las acciones estratégicas tendrán un mayor impacto en la medida en que sean acciones innovadoras, entendiendo a la innovación como la definió Peter Drucker: cualquier cambio que permita una nueva dimensión de desempeño.
Ahora bien, este conjunto de iniciativas podrá convertirse en resultados solo si se instrumentan y aquí hace presencia el cuarto elemento de este blog: el liderazgo, que podemos definir como el arte de movilizar a otros a desear luchar por
aspiraciones compartidas – esto es, la capacidad de lograr resultados en una organización ya sea privada, pública o social.
En próximos blogs profundizaremos sobre estos cuatro elementos fundamentales en toda organización, pero adelanto cinco prácticas y diez compromisos del liderazgo (Kouzes y Posner):